Solsticios y misterio

Las leyendas que se relatan sobre episodios que han ocurrido en Los Dos Valles sorprenden a locales y visitantes. Una de las más conocidas es la del “prodigio de San Agustín”, en Arafo. Los vecinos cuentan que hace mucho tiempo una gran roca caída sobre el manantial del pueblo impedía que el agua manara de él. Desesperados, llevaron al santo hasta el lugar. Ocurrió que el obstáculo desapareció y el agua volvió a brotar. Si quieres conocer de cerca al artífice de este milagro, te espera en la ermita del pueblo.

Entre las fechas señaladas en el calendario está la del 23 de junio, un día especial que representa el inicio del solsticio de verano. Las playas empiezan a recibir desde por la tarde a multitud de isleños, quienes se reúnen en torno a hogueras para celebrar en un gran ambiente festivo la noche de San Juan. Nada como animarte a vivir esta velada mágica con ellos, saltando a medianoche las hogueras para ahuyentar lo malo y dar la bienvenida a lo nuevo con música, bebida y comida hasta las tantas.

Tienes una opción más tranquila, que pasa por hacerte una ruta a tu aire para recrearte con las hogueras que se elaboran en casi todos los pueblos y barrios de esta zona (y en toda la isla). Están hechas con los muebles viejos y trastos que estorban a los vecinos en casa y se suelen coronar con el “sanjuanito”, un irreverente muñeco de trapo. Las llamas de las hogueras más aparatosas se ven a kilómetros de distancia. La panorámica es la de miles de puntitos de luz iluminando la noche isleña, y la sensación: la de que algo mágico revolotea en el ambiente.

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